Destiny 2 es una secuela directa del videojuego de acción en primera persona de Bungie distribuido por Activision. La historia de este episodio amplía el universo de fantasía de la entrega original del 2014 al situar su propuesta shooter tras el ataque a la última ciudad de la Tierra a manos de Ghaul, el comandante de la Legión Roja de los cabal. La Vanguardia, formada por el cazador exo Cayde-6, la hechicera humana Ikora Rey y el titán insomne Zavala, pretende reunir a los guardianes para luchar contra la Oscuridad y recuperar al Viajero y su hogar tras caer la Torre y buena parte del esquema que conocíamos. Después de ser el elemento argumental uno de los puntos más criticados del Destiny original de 2014, en el estudio americano no quieren dormirse en los laureles y buscan que, en esta ocasión, la fuerte presencia de cinemáticas y un hilo de guion mucho más trabajado sean elementos que le doten de fortaleza y de interés a un shooter que, por lo demás, tiene impecables mecánicas para los tiroteos.

Al abandonar plataformas como PS3 o X360 y centrarse en ordenador, Xbox One y PS4 se permiten mejoras tecnológicas como el hecho de no tener que perder tiempo viajando a las órbitas para desplazarnos entre planetas, reduciendo así mucho las esperas. Como decimos, por primera vez, el juego presenta versión para PC, donde pretende atraer un público de jugadores de MMO en una fórmula de acción FPS donde no falta un nuevo arsenal de armas y habilidades de combate devastador. De hecho entre las principales novedades que presentan los creadores de Halo con Destiny 2 se encuentran las nuevas superhabilidades, que van vinculadas a la subclase que hayamos escogido, y es que los tipos de personaje titán, hechicero y cazador cuentan ahora con divisiones como Downblade, Sentinel o Arcstrider, respectivamente. Así como la división de todo nuestro arsenal en tres tipologías: kinético, energético y de poder. ¿Qué significa eso último? Que ya no habrá, por ejemplo, las clásicas armas principales, sencundarias y pesadas.